sábado, 10 de mayo de 2008

Niveles de percepción sobre el Centro Histórico de Xalapa

El Centro Histórico de Xalapa (CHX), ha sido objeto de diversos esfuerzos para recuperarle y convertirlo en zona de atracción, tanto para los que aquí vivimos, como para quienes nos visitan. En múltiples foros de análisis, hemos participado intelectuales, académicos y ciudadanos, sin que hayamos logrado completamente llamar la atención de las autoridades municipales en turno.

Lo más que se ha obtenido, es la declaratoria del CHX y la delimitación del polígono respectivo, pero no se ha dado el gran salto para su desarrollo. Bajo esos criterios, lancé la encuesta sobre los niveles de percepción que arroja interesantes resultados.
Como observarán, la suma de los porcentajes no es 100%, debido a que fue una encuesta de respuesta múltiple; es así, que los participantes eligieron desde uno a los 5 problemas y les calificaron bajo su propia perspectiva de importancia.
Los resultados obtenidos, son reveladores respecto a cuáles son los niveles de percepción sobre el CHX. Como se observa en la muestra, respecto al potencial turístico del CHX, ninguno de los participantes optó por esta opción quedando así el 0%.
La pregunta sobre si se convierte en zona peatonal permanente y si es caótico, los resultados son 40% respectivamente. En lo relativo a los niveles de contaminación la muestra arroja el 80% y, sobre si el CHX es prioritario para las autoridades municipales, la información obtenida es del 60%.
Falta contrastar los resultados de esta muestra sobre un sector específico de la ciudad (CHX), con los obtenidos en la encuesta de niveles de percepción de 5 problemas en Xalapa, así, la información que obtengamos será más descriptiva de la realidad en nuestra ciudad.
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Niveles de percepción sobre cinco problemas en Xalapa

Esta gráfica nos demuestra cuáles son los niveles de percepción sobre únicamente 5 problemas de la gran cantidad que existen y padecemos en Xalapa.

Como observarán, la suma de los porcentajes no cierra el 100%, debido a que fue una encuesta de respuesta múltiple; es así, que los participantes eligieron desde uno a los 5 problemas y les calificaron bajo su propia perspectiva de importancia.

Es interesante ver, que respecto al tema de la seguridad, sólo el 19% consideró importante este problema, mientras que el 37% definió a la contaminación como un tema a seguir, pero no alcanzan el 50% de importancia respectivamente.

Los temas que se destacan en segundo lugar con un 57% ambos, son los de vialidad y la calificación de que tenemos una administración municipal inexperta (lo que significa un alto costo para la ciudad y nosotros los ciudadanos quienes somos los contribuyentes y pagamos sus errores, además de sus ingresos).

Finalmente, el tema considerado más importante, es el de la carencia de prospectiva en materia de desarrollo, el cual obtuvo 76%.

Posteriormente, anexaré una interpretación mayor a los resultados de la encuesta, dejando en este momento a su consideración y reflexión los resultados como son.

Agradezco el tiempo que dedican a participar en estos ejercicios de análisis y prospectiva.

Les abrazo,

Vidal ELÍAS
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jueves, 3 de abril de 2008

Xalapa, la ciudad del eterno aplazado

Por Vidal Elías ©

1. Reflexión inicial

Estas líneas, son producto de diversas reflexiones que a través de más de siete años he compartido en el foro del Ágora de la Ciudad de Xalapa; reflexiones a las que no he encontrado respuesta convincente. Durante ese tiempo, hemos transitado de la historia e historiografía desde el siglo XVIII y las pláticas coloquiales, introspectivas y reflexivas, hasta exponer mi tesis sobre si Xalapa es la Atenas Veracruzana, la ciudad de las flores o simple y llanamente una aldea remozada.

Conforme el tiempo ha pasado, no únicamente he encontrado la confirmación a lo anterior, creo ahora, tener los elementos necesarios para concluir que Xalapa no es únicamente una aldea remozada, sino que es además la ciudad del eterno aplazado.

Cuando nos enfrascamos en la discusión sobre Xalapa, nuestra percepción de la ciudad tiende a no ser objetiva, ya que la excitación y fascinación sobre ella nos agota y enfrenta; con todo y a pesar de esa fascinación, no alcanzamos a definir las múltiples dimensiones espaciales ni las temporalidades de la ciudad que en un ciclo constante hemos aplazado - derruido - aplazado - derruido.

Así, hemos erigido multitud de pasiones en torno al ambiente urbano que nos rodea, y esto, es deificar a Xalapa, perdiendo de vista las consecuencias de la recurrente equívoca administración de la ciudad, lo que ha generado que Xalapa sea la ciudad del eterno aplazado.

He comentado en diferentes foros, que los xalapeños crecimos con el decreto público y el símbolo acreditado de que la ciudad por su cultura, era una ciudad selecta y símil de la Atenas Homérica y que, por lo exuberante y siempre verde, no tenía análogo; la percepción romántica del chipi-chipi (*), tardes y noches impregnadas de azahar y la neblina invadían no solamente a nuestras calles, sino que daban grafía a nuestra idiosincrasia.

De igual forma, en algún momento comenté, que era la época en que todos nos conocíamos y, si bien es evidente que cuando una ciudad crece eso es casi imposible, lo cierto también, es que ahora no únicamente no nos conocemos, sino que, al desconocernos y excluirnos como colectivo, omitimos cualquier posibilidad de desarrollo armónico, si no dado por lo solidario, que sería lo ideal, sí al menos sobre la base del interés común de que vivimos, producimos, creamos, amamos, trabajamos, luchamos, anhelamos y, sin duda, algunos elegiremos morir aquí.

2. Metamorfosis citadina o la ciudad como escenario

Enfatizo en estas líneas, lo que de forma habitual y simple soslayamos en la geografía y temporalidad urbanas, nuestra cotidianeidad, mediante la cual mereceríamos aprehender el concepto de la ciudad como escenario. Me refiero a la ciudad de a diario, esa que no tiene retoques ni maquillajes, en la que a través de las artes plásticas, del teatro, la música, la ciencia y literatura, en síntesis, de la cultura y conocimiento que generamos, nos apropiemos del espacio público, de tal forma, que ese conocimiento se deje en la calle, en la plaza, en los parques, en los jardines, ahí, en donde el cruce de sentidos -en ocasiones sin sentidos o contrasentidos- nos deja una marca de agua indeleble como homo urbano en eterno conflicto existencial por unir la racionalidad y la lógica económica y social de la ciudad, en la cual no dejamos de rumiar la subsistencia y malaventura.

Es en este punto en donde me surge la idea de la ciudad como escenario, es decir, la ciudad como una totalidad en la que no forzosamente se desarrolla una uniformidad de funciones o roles sociales, pero en donde al menos, sí deberíamos actuar en cuanto a nuestros objetivos como colectivo inmerso en un espacio de por si acotado y determinante de nuestras aspiraciones y, sin ser contradictorio, ese espacio para el colectivo destacaría a su vez las necesidades del individuo, del yo, de un yo urbano, encasillado y estresado, acotado y enajenado, que en una transformación del sujeto se adueña de la ciudad y se conjuga en una especie de religue con los demás individuos que se concentran en un mismo dominio llamado Xalapa.

Para lograr cualquiera de las conjeturas anteriores, es fundamental que los diversos grupos que conforman el colectivo -¿sociedad?-, logremos un tránsito, mediante el cual, como dice Sartre, pasemos de ser una clase social en sí (estado latente), hacia una clase social para sí (cuando se logra comprender y tomar conciencia de la situación).

Será en este estadio cuando recuperaremos el estado de pertenencia que hemos extraviado, me refiero a aquel que surgía de mi casa y se extrapolaba a mi calle, mi barrio, mi ciudad y, al prácticamente no poseer ya ninguna de estas dimensiones de afinidad, hemos despojado a la ciudad de sus territorialidades y, a nosotros, de nuestras identidades.

3. El eterno aplazado

Más allá de pretender un análisis filosófico de nuestra situación, creo que gran parte del problema se debe a que hemos dejado de andar la ciudad; caminar nuestro entorno, permite penetrar en sus realidades, o en su realidad con sus diversas facetas; los barrios son como caleidoscopios, cada calle, cada cuadra, cada manzana son a la vez reflejo de otras calles, cuadras y manzanas -en ocasiones cual efecto de espejo-, pero en esencia, son diferentes y opuestas, porque son habitadas por seres humanos y así, existen tantas interpretaciones de lo cotidiano como rumbos de la ciudad hay.

Caminar la ciudad, era como narra Fabio Murrieta... "cuando la distancia deja de ser un fin, caminar se convierte en un aprendizaje. Andar una ciudad, es desandarla, deconstruirla y mirarla hasta que ceda sus misterios. El tiempo se percibe en ella visualmente. De calle en calle, de torre en campanario o, según los conjuntos que, en cuanto a su arquitectura, se vayan formando al paso"...

Pasado el tiempo y parafraseando a Alejo Carpentier, Xalapa me parece ahora en gran medida, la ciudad de lo inacabable, de lo cojo, de lo asimétrico, de lo abandonado. Que baste recordar que los problemas de los cuales nos quejamos hoy día en el Siglo XXI, ya habían sido discutidos y publicados desde hace 401 años.

Es en este punto en que es relevante transcribir lo que Constantino Cavafis, poeta nacido en Alejandría (1863 - 1933), escribió con gran profundidad y un dejo de adversidad y realidad irrenunciable en su poema La Ciudad:

Dices: "Iré a otra tierra, hacia otro mar / y una ciudad mejor con certeza hallaré / Pues cada esfuerzo mío aquí está condenado / Y muere mi corazón / lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez / Donde vuelvo los ojos sólo veo / las oscuras ruinas de mi vida / y los muchos años que aquí pasé o destruí"

(Pero) "No encontrarás otro país ni otras playas / llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad / caminarás las mismas calles / envejecerás en los mismos suburbios / encanecerás en las mismas casas / Siempre llegarás a esa ciudad / no esperes otra / no hay barco ni camino para ti / Al arruinar tu vida en esta parte de la tierra / la has destrozado en todo el universo"

Y yo creo, que esa es la ciudad ya aciaga o ecuménica que nos acompaña por siempre y a todas partes, de la que aún estando fuera no nos deja y termina usurpando a nuestra sombra transfigurándose en algo onírico, como las ciudades y sueños a los que hace referencia Ítalo Calvino cuando nos dice: las ciudades como los sueños, están construidos de miedos y de deseos...

Y esa dicotomía de miedos y de deseos que es la ciudad, señala los momentos de fuga hacia la transformación de los primeros en dudas y los segundos en aspiraciones. Esa es Xalapa, una mezcla inestable de dudas y aspiraciones, que nos ha arrastrado a ser la ciudad de lo inacabado, una ciudad coja, asimétrica, de paso, inconstante, en suma, la ciudad del eterno aplazado.

Regularmente, tanto las autoridades como los ciudadanos perdemos de vista la simbiosis que la ciudad y sus moradores formamos. No recapacitamos sobre la influencia que el espacio que habitamos y construimos como ciudad ejerce sobre nosotros sus moradores y, en contrapuesto, la devastamos y reconstruimos, bajo la premisa de una modernidad torpemente asumida y pretenciosa, sin determinar cuáles son las fuerzas dominantes de la ciudad ni los puntos de fuga que ha generado el fatigoso antagonismo ciudad - colectivo - autoridades - colectivo - ciudad.

Despojándome del amor desmedido que tengo por Xalapa, en ocasiones esta ciudad pareciera ser un triste perro olvidado, sin dueño, sin aliento, sin hogar. Es doloroso pensar que la ciudad en el concepto de nuestra casa extendida, necesita a su vez de un hogar que constantemente le ha sido arrebatado. Pero debemos ser también críticos y reconocer, que la ciudad como producto de nuestros antagonismos e indecisiones, ha estado ajena al desarrollo de sus habitantes y, como apunta Arturo González Cosío, la ciudad al abandonar a sus residentes se abandona a sí misma y nos convierte en desconocidos.

Dado que ningún problema tan esencial a la ciudad tiene que ver como el de su deterioro, propongo que en una tarea de retrospección fuera de todo resabio idílico, armemos como en un logogrifo o acertijo todas nuestras circunstancias, sin desarticular la imagen de la ciudad y el valor simbólico de sus mitos y narraciones, adversidades, miedos y deseos, sueños y realidades esto sería, retomando a mi querido y eterno maestro Arturo González Cosío, "pasar de lo cotidiano que es el horizonte de lo efímero al horizonte de lo duradero", y quizás así, dejaríamos de ser la ciudad del eterno aplazado.

Quod scripsi, scripsi...

(*) Chipi-chipi: llovizna ligera que aparentemente no moja pero que deja totalmente empapado al ingenuo que no se cubre de ella; se le conoce también como lluvia moja - tontos y en otras latitudes le nombran cernidillo.

miércoles, 2 de abril de 2008

La ciudad como imagen o reflejo de sí misma: Xalapa, o el desahucio de Sophia

Por Vidal Elías ©

Las actuales mutaciones urbanas, económicas y sociales, debieran llevarnos a reconsiderar los principios del desarrollo. Los conceptos bajo los cuales se hacía la planeación de la ciudad y sus distintos entornos se han modificado, dando paso a una importante diversidad de variables, las cuales son cada vez más interdependientes e interactuantes; por estas razones, las ciudades se están volviendo hacia ellas mismas, bajo la presión de los diferentes colectivos que también se encuentran en un proceso de búsqueda de sí mismos, o como lo sugiere Alain Touraine, en busca del self.

Las ciudades son cada vez más incluyentes, o inclusivas; pues bien, en esa tendencia a lo incluyente y del self, nos encontramos como paradoja que la capital del estado de Veracruz, lo que menos tiene es esa cualidad de incluir a los diversos actores que concurren a diario en su vida cotidiana, la cual está cada día más presionada por lo inmediato, por lo urgente, por la carencia de prospectiva, por lo irrelevante, por las ocurrencias, por la ignorancia.

Las mutaciones del desarrollo y de la cuestión urbana, indican claramente que las ciudades son entes con vida propia, con niveles de complicación muy alto, no únicamente en lo administrativo, sino en todas sus facetas como la cultural, la social, la económica, los colectivos, la ambiental y territorial. Es así, que desarrollo no es cambiar (o maquillar) la imagen de la ciudad, la cual es también importante y agradable cuando se hace bien, pero eso, no es desarrollo.

Vistas de una forma tan genérica, las mutaciones de lo urbano y del desarrollo, pudiera darse una interpretación simplista, pero el propósito de estos comentarios (obviamente generales), tiene un focus que es Xalapa, pero no es desde el enfoque romántico de la Ciudad de las Flores, ni de la Atenas Veracruzana, es más terrenal, es más directo, el cual es en conclusión la pérdida de la calidad de vida que se ha manifestado con mayor intensidad en los últimos cuatro años y, lo más visible del menoscabo de la calidad de vida de la otrora ciudad limpia y señorial que teníamos, es la contaminación visual que padecemos a diario, no se diga de la ambiental que es mucho más grave en sus consecuencias y efectos a mediano y largo plazos.

Sobre la contaminación visual de Xalapa, en los años setenta se dio un movimiento que se denominó Cocalapa, teniendo al frente al excelente arquitecto Peter North y como apoyo a varios de nosotros. Creía sinceramente que no se repetiría la situación, pero admito que me equivoqué, Xalapa es ahora la ciudad del mal gusto, de los anuncios espectaculares, del contrasentido visual y espacial.

Ahora bien, para concluir, creo que Xalapa, está en las condiciones en que se encuentra debido a que es una ciudad que es reflejo de sí misma, cuyo resultado es consecuencia del abandono acumulado y de la desintegración de sus diversos colectivos.

Esto nos llevaría a pensar, que la Atenas Veracruzana, refleja más el desahucio de Sophia que la concepción de ciudad culta, esto en parte provocado, por que las palabras desarrollo, urbanismo, enfoque regional, prospectiva y gestión del territorio se han borrado del vocabulario de la ciudad y de sus autoridades municipales.
Quod scripsi, scripsi...

lunes, 31 de marzo de 2008

El Centro Histórico de Xalapa: ¿Utopía o catalizador del desarrollo?

Por Vidal Elías ©

1. Breve reflexión inicial
La ciudad de Xalapa, icono de sus habitantes nativos o adoptados, se ha debatido entre el rescate de su historia -la cual es una historia noble e inconclusa ©- encontrándose, ya entre la indolencia de autoridades o el desgano, y una indecisión que agobia y frustra cualquier intento serio de participación colectiva; indecisión generada en gran medida por la misma descomposición del colectivo xalapeño, el cual tampoco se distingue por su participación decidida y comprometida.

Esta situación de ruptura del colectivo ha sido muy bien aprovechada por las autoridades locales, lo que les ha redituado una tranquilidad relativa y superávit político y, por otra parte, ha generado un estado de defección hacia la ciudad capital del estado de Veracruz.

¿Xalapa tiene futuro? ¿Es factible construir un futuro mejor que nuestro presente, que integre lo mejor de nuestra cotidianeidad y no rechace lo que hemos sido? La respuesta es afirmativa, siempre y cuando se establezca una estrategia de desarrollo a mediano y largo plazos que permita disminuir las disparidades regionales, hace falta que las autoridades municipales entiendan lo que esto significa.

2. El Centro Histórico de Xalapa (CHX)
¿Qué concluimos de la atonía social en Xalapa? ¿Cómo podemos unir la racionalidad y la lógica económica y social de la ciudad si lo que prevalece es el caos originado fundamentalmente por una apatía ciudadana y un arraigado desinterés político e incapacidad administrativa?

Para los que ahora adultos habitamos en Xalapa, cuando niños, la ciudad era evidente; los límites de la ciudad, estaban abiertos en una perspectiva y horizonte tal, que era una mezcla de certidumbre y presentimiento por lo que se esperaba y anhelaba descubrir y finalmente se descubría, o al menos se adivinaba a través de un esbozo de aquello hacia donde nuestra imaginación nos conducía. Sin embargo, recordando una obra de Alejo Carpentier, creo que Xalapa es ahora la ciudad de lo inacabable, de lo cojo, de lo asimétrico, de lo abandonado.

En lo cotidiano, Xalapa proyecta la indolencia de su manejo como ente social; la ciudad no ha sido vista como un todo y se continúa difiriendo su futuro, peor aún, dudo que se haya definido qué tipo de ciudad es la que pretendemos deconstruir y establecer.
Ahora bien, ¿cómo podemos atraer e interesar a los diferentes niveles de gobierno en el desarrollo de esta aldea que es la ciudad capital del estado y que ellos han cedido al dominio de diversos grupos estridentes, e. g. los grupos manifestantes que están casi a diario en el Centro Histórico con la complacencia e inclusive complicidad de autoridades.

¿Cómo rescatar lo que se ha permitido y solapado su destrucción y pérdida? ¿Cómo recuperar el orgullo por una ciudad que hasta hace siete años era limpia, tranquila y cuya calidad de vida era de las más altas del país? ¿A quién reclamar y como defendernos de condiciones cada vez más precarias en el futuro?

3. Las políticas de desarrollo en Xalapa
Xalapa tendrá un futuro promisorio, siempre y cuando construyamos primero, una relación de equilibrio entre la lógica social y la lógica del poder; segundo, definamos qué queremos ser y qué aspiramos desarrollar y, tercero, detectar el sentido de nuestra historia, en este caso, la que hemos extraviado y la que está por construirse.

Se dice, que cuando se habla del diseño y construcción del futuro, en ocasiones se discurre sobre la línea imperceptible de la predicción o la propuesta. ¿Dónde se inicia una y dónde acaba la otra? ¿Son excluyentes o complementarias? ¿Son consumidoras de recursos de diversa índole sin la seguridad de un retorno social y económico tangible para nosotros los ciudadanos?

Es difícil predecirlo. Sin embargo, cualesquier propuesta de corte futurista, que no es el caso que hoy me ocupa, porque partimos de la reflexión sobre el valor que representa nuestra historia para construir nuestro futuro, es evidente que nos estamos encaminando cada vez más a la utilización de la ingeniería urbana, entendida ésta como la suma de conocimientos científicos, humanísticos y tecnológicos, que permitirá avanzar en la calidad de vida, ya como individuos o como colectivo.

Sin embargo, ¿cómo articular los espacios de acción y cómo dimensionar las diversas temporalidades de Xalapa e hinterland, si se ha incurrido en una constante desvinculación de la geopolítica local – regional y por consecuencia no se han dimensionado de igual forma los fenómenos sociales que padecemos en Xalapa?

4. Breves conclusiones o exhorto a evitar la estulticia
Si bien, el CHX es importante por su significado para Xalapa y nosotros sus habitantes, no se deberá continuar con una política fragmentada entre el mismo CHX, la ciudad, el municipio y nuestra región de influencia o hinterland. La política de desarrollo en Xalapa deberá ser por lo tanto con un enfoque y alcance regional bajo la constante revisión de la ciudadanía y de los expertos. En síntesis, propongo seis líneas iniciales de acción específicas:

i. Promover la desconcentración de las oficinas del gobierno del estado,
ii. Convertir al centro en un área 100 % cultural – comercial,
iii. Establecer un programa de estímulos fiscales para quienes:

a. Inviertan en el centro de la ciudad en estacionamientos y espacios culturales,
b. Recuperen las fachadas de sus casas y comercios.

iv. Terminar de una vez con el caos vial que se origina en el CHX,
v. Diseñar un plan de reactivación económica específico para el CHX,
vi. Promover ante la Legislatura del Estado, la factibilidad de la Revocación del Mandato ante alcaldes ineptos y/o corruptos.
Quod scripsi, scripsi...

Perspectiva de las ciudades en una nueva economía basada en el conocimiento

Por Vidal ELÍAS ©

La experiencia para generar, distribuir y beneficiarse del conocimiento, es actualmente la ventaja comparativa y competitiva que marca la diferencia entre una sociedad con mejores expectativas de desarrollo y crecimiento, versus aquellas cuya economía conserva una base tradicional de producción de servicios, como es el caso de Xalapa.

El principal detonador de las sociedades basadas en el conocimiento, se debe principalmente al avance científico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), las cuales han generado nuevos esquemas y modelos de desarrollo de productos y procesos de producción cuya base es principalmente ciencia, tecnología e innovación.

Esta situación, ha forzado a que cada vez más, las ciudades enfrenten situaciones complejas de competencia, retos y oportunidades inmersos en una economía (y competencia) global.

Las ciudades que han apostado a la integración de un capital en infraestructura de educación superior e investigación y de recursos humanos creadores de conocimiento, pueden generar una ciudad emprendedora que redefina sus condiciones y procesos de desarrollo regional, local y urbano, así como sus patrones de administración, innovación e integración territorial.

Por ejemplo, sobre el proyecto Monterrey: ciudad internacional del conocimiento, éste puede ser un esquema muy importante de impulso de su espacio comunitario, lo que permitiría reposicionar a la ciudad e hinterland mediante un desarrollo espacial equilibrado y sustentable de su territorio urbano y rural y, cuyo alcance, serviría además para establecer una política pública de prospectiva al mediano y largo plazos, que sería paradigma de desarrollo para Monterrey, el estado de Nuevo León y México y sobre estos puntos tuve la grata oportunidad de discutirlos con el Gobernador Natividad González Parás.

Mientras tanto, Xalapa continuará en dos vertientes, una, su espiral en la pérdida de calidad de vida y, dos, la carencia de toma de decisiones en torno al proyecto Tecnopolo Heurística Xalapa-Coatepec©, proyecto que presenté a la ciudad (Ayuntamiento y Gobierno del Estado) desde 1995 y, al cual, últimamente le han surgido varios padres putativos.
Quod scripsi, scripsi...